Por: Brisa Torres Quezada
Considerando el significado del diccionario de la real academia española en relación a la acción de observar, la cual, consiste en: examinar con atención y recato ciertos acontecimientos, es decir no perder de vista algo o alguien.
Traspolando dicho significado a la educación y considerando algunos conocimientos adquiridos, puestos en práctica, puedo decir entonces que la observación es un proceso, el cual cosiste en el examen atento de aquellos aspectos que se encuentran inmersos en el desarrollo de nuevos aprendizajes de los alumnos o en su defecto debilitan el aprendizajes o el propio desarrollo integral del niño.
Por lo antes mencionado puedo decir que es indispensable platearnos un propósito o intención en relación a todas las observaciones a realizar; ese propósito influirá en lo que se observará, cómo se observará, durante cuánto tiempo, en qué lugar, así mismo se deberá seleccionar algunos instrumentos de registro; por consiguiente también deberá elegirse la forma en cómo interpretar lo observado.
Es viable también que en el momento de realizar el registro de nuestras observaciones, estas sean de una forma deliberada o sistemática el cual variará según el propósito del observador.
Es así como Dean, Joan (1993) plantea que una de las tareas del maestro es la observación de los niños, para conocer sus personalidades, estilos de aprendizaje, experiencias e intereses, etapas de desarrollo, capacidades; además, aprender a respetarlos, interpretar sus peticiones, establecer un ambiente de confianza con una buena relación y comprensión.
Como futura educadora considero la observación como un medio bastante viable para obtener una descripción de acontecimientos, procesos, fenómenos los cuales influyen en la comprensión, mejora de la educación, enseñanza y aprendizaje, es decir reconocer esas fortalezas pero a su vez encontrar esas debilidades para saber cómo actuar ante estas; permitir el poder diseñar nuevos caminos pedagógicos que sean mejores para facilitar la inclusión de nuevas estrategias y modalidades de enseñanza.
La observación en mis jornadas de observación y práctica me ha facilitado datos, en relación a los aprendizajes de los niños, a las prácticas de las docentes titulares, la gestión y organización de la institución, así como de los padres de familia los cuales contribuyen en gran medida en el fortalecimiento y desarrollo de aprendizajes por parte del niño.
Por lo tanto, para poder llevar a cabo una buena observación es necesario definir el objeto de la observación, determinar el momento, lugar, elegir el método e instrumento más idóneo para registrar los datos obtenidos, los cuales deberán ser anotadas en el momento de captura, porque es imposible retener los acontecimientos en la memoria, se debe emplear un lenguaje claro, preciso, conciso, a su vez se de eliminar toda subjetividad.
Así mismo podríamos realizar una observación longitudinal, la cual consiste en seguir a un número limitado de alumnos de diferentes características, o durante distintas actividades, en un determinado momento de la actividad planeada, esta nos proporcionaría de forma más exacta una muestra de datos, en torno a los procesos educativos con el fin de buscar mejoras que permitan obtener resultados favorables.
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